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TIANA Y LA FILOSOFÍA

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  No. No es una nueva película de Disney. El Tiana del que hablo es el eterno Secretario de Estado de Educación de los últimos gobiernos socialistas, D. Alejandro Tiana Ferrer. Dicen que está crispado. Que la buena de Filosofía le está sacando de sus casillas. Suponía que su plan de asesinarla, cual Bruto a su padre César, no iba a tener la repercusión mediática y social que va adquiriendo. Y, para intentar zanjar el asunto, decide convocarla para notificarle su asesinato, sin paso atrás. Y lo hará no de forma dulce sino con enfado.  ¡Pobre Filosofía! O, tal vez, ¡pobre Tiana! Filosofía se acerca y, susurrando, pregunta: ¿Recuerdas? “La educación tiene por objeto lograr el máximo desarrollo de las facultades intelectuales, físicas y emocionales de las nuevas generaciones, y al propio tiempo permitirles adquirir los elementos esenciales de la cultura humana”-afirmabas en uno de tus artículos.  ¿No soy, pobre Filosofía, un elemento esencial de la cultura humana? ¿Se puede lograr, sin mí,

DELIRANT ISTI ROMANI!

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    Días son estos de sorpresa. Comienzan a filtrarse los borradores curriculares del nuevo Bachillerato y de los programas de algunas materias.   Sorpresa al sabernos traicionados, no solo pero también, los profesores que somos de la especialidad de  Filosofía .   Frente al desprecio que la ley Wert mostró por la Historia de la Filosofía de segundo de Bachillerato reduciéndola, prácticamente, a materia optativa de algunas modalidades  Unidas Podemos , entonces  Podemos , se erigió en  gran defensor  de la Filosofía pidiéndole al PSOE que en la nueva ley educativa se volviera a la situación de obligatoriedad de la materia de 2º de Bachillerato y, además, se comprometió a la vuelta de otra materia, Ética, en 4º de la ESO. Por supuesto, como no podía ser menos, el PSOE accedió.   Todos nos las supimos felices. Mas cuando el curso pasado empezó a moverse el currículo LOMLOE -así conocemos a esta nueva ley- el Gobierno rompió la baraja. La Ética de 4º de la ESO ya no era pertinente.  (Cuan

CON-FORMARSE (Discurso de Graduación de las promociones 2019-2020 y 2020-2021 del IES José García Nieto)

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Las palabras. La importancia de las palabras. Unión melodiosa de sílabas que develan u ocultan lo real. Develar –quitar el velo- o velar –ocultar-. ¡Qué misterio el de las palabras y qué importancia su buen uso! De él depende que el misterio de la realidad y de nuestra vida pueda manifestarse o que, lo que es peor, sea enterrado por un lenguaje que nos oculte lo que realmente somos. ¿Por qué hablar de palabras en esta tarde de celebración? Porque no puede haber celebración sin reflexión, sin vuelta sobre uno mismo, para comprender quien soy. Porque solo quien sabe quién es y hacia dónde debe encaminarse es el que tiene algo que celebrar. Y eso es toda reflexión, toda vuelta a sí, una llamada a conformarse. Conformarse. Esa es nuestra palabra. Retengámosla antes de que vuele y se sublime en cálido e inaudible gas aéreo. Conformarse. Repitámosla a fin de saborearla. Hay un conformarse propio tanto del conformista como del inconformista.  Es del conformista el amoldarse. Es el hombre-masa

LEER Y LEER

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(Publico una entrada antigua de Miguel García-Baró. Impresionante. ¡Qué pena que haya sido la última de su colaboración en Entreparéntesis!). ¿Para qué leemos? ¿Para qué escribimos? ¿Se trata de dos preguntas que en realidad equivalen? ¿Podríamos asegurar que también se les iguala el sentido de la cuestión de por qué pensamos? Pascal , ese desengañado excesivo del ser humano, decía que por lo general leemos para poder decir que hemos leído. Sobre todo, los profesores y los llamados intelectuales (profesionalmente intelectuales, según esta palabra que aunque esté anticuada no queremos dejar caer de la boca). Alguna vez he recordado la estupenda anécdota del catedrático de provincias que empezaba su curso diciendo al grupo de pobres matriculados en él que entre ellos y su profesor había una distancia de 5000 libros. Y en mi biblioteca hay buen número de piezas que caen dentro de la clase  literatura defensiva , o sea, la de todo aquello que el joven profesor inexperto y

¡HIPÓSTASIS!

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--> (Para mis alumnos de 2º de Bachillerato de la promoción 2018-2019 del IES José García Nieto.  Con inmenso cariño). ¡Ay del griego! ¡Ojalá supiésemos griego! Sabríamos qué significan prósopon e hipóstasis . Dos palabras griegas que merecen atención. La primera – prósopon - derivó en la latina persona . Con ella griegos –y luego romanos- designaban a las máscaras que los actores utilizaban en la representación de las tragedias. Hipóstasis palabra más compleja ya que indica lo que permanece ( stasis)   por debajo ( hipo). Tecnicismo que se utilizó para intentar explicar la cristiana teología trinitaria que afirmaba que Dios era uno (en su naturaleza) y tres (en sus hipóstasis ). Palabra que la filosofía medieval (Ricardo de San Víctor y Tomás de Aquino) transformaron en la latina subsistentia (subsistencia) con el fin de explicar qué es una persona humana. Esa es la cuestión, nuestra gran cuestión. ¿Quiénes somos? ¿Quién soy? ¿Soy prósopo n o hipó

DE PROFUNDIS (Discurso de Graduación de la Promoción 2018 del I.E.S. José García Nieto)

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De profundis. (Desde lo hondo). Dos palabras que vienen a mi mente y a mi corazón. Desde lo hondo quisiera hablarte en esta mi última lección, si así puede llamarse. Desde lo hondo de mi corazón, entendiendo por corazón no solo la facultad sentimental de la persona sino como lo hace el pensamiento hebreo. Para este, el corazón (lev) es el núcleo más íntimo de la persona. Allí donde aparece, más allá de toda apariencia y de toda máscara, lo que realmente uno es. Allí donde uno se encara consigo mismo y, según los hebreos, también con Yavhé, con Dios. Desde ahí me gustaría comenzar mi última invitación a mirar a lo profundo con el fin de que la verdad se nos muestre, se nos regale, como dádiva preciosa que nos permita dar luz y animar nuestra vida cotidiana. Eso es, ya lo sabes, la auténtica filosofía, aquella que busca esa verdad que, si lo es, pide encarnarse en nuestra vida. Sócrates, como siempre, nos indica cuál debe ser la dirección de nuestra mirada: la muerte,