CON-FORMARSE (Discurso de Graduación de las promociones 2019-2020 y 2020-2021 del IES José García Nieto)


Las palabras. La importancia de las palabras. Unión melodiosa de sílabas que develan u ocultan lo real. Develar –quitar el velo- o velar –ocultar-. ¡Qué misterio el de las palabras y qué importancia su buen uso! De él depende que el misterio de la realidad y de nuestra vida pueda manifestarse o que, lo que es peor, sea enterrado por un lenguaje que nos oculte lo que realmente somos.


¿Por qué hablar de palabras en esta tarde de celebración? Porque no puede haber celebración sin reflexión, sin vuelta sobre uno mismo, para comprender quien soy. Porque solo quien sabe quién es y hacia dónde debe encaminarse es el que tiene algo que celebrar. Y eso es toda reflexión, toda vuelta a sí, una llamada a conformarse.


Conformarse. Esa es nuestra palabra. Retengámosla antes de que vuele y se sublime en cálido e inaudible gas aéreo. Conformarse. Repitámosla a fin de saborearla.



Hay un conformarse propio tanto del conformista como del inconformista. 


Es del conformista el amoldarse. Es el hombre-masa de Ortega o el líquido de Bauman. Se licúa para ajustarse al molde que fugazmente diseña la moda ya sea “social”, “cultural”, “religiosa”, “económica”, “política”, “educacional”, etc. Su ajuste siempre es pasajero porque su condición líquida huye, le gustaría ser gaseoso, pero hete aquí que lo más que puede hacer el ser humano es licuarse. 


Va cambiando con un único objetivo, dejar pasar el tiempo. Se conforma con el tiempo matemático-geométrico, el tiempo de la física, del reloj, porque le da miedo la vida, su vida. Encarar la propia vida, y su tiempo, eterno presente, en que uno se ve vuelto hacia sí mismo se torna esquivo. Hay que correr, siempre hacia delante, huyendo. ¿De quién? De sí mismo. Dejar pasar el tiempo, convertir la vida en pasatiempo, en mediocridad ociosa -aurea mediocritas- que se presenta dorada, muy dorada hacia fuera y, cuanto más dorada, más mediocre. 


Sin embargo, el inconformista juega a desmoldarse. Bulle para salir del molde. Lucha para romperlo. Pero tiene un problema, su ser no tiene sentido sin el molde. Es por ello que se convierte en la otra cara del hombre-masa o líquido; ni menos masa, ni menos líquido. Eso sí su pasar el tiempo es bullicioso, hirviente, pasional pero no menos simple por mediocre, mediocridad bulliciosa -argentea mediocritas- muy plateada hacia fuera -por presentarse opuesta- y, cuanto más plateada, más mediocre.


Dos formas de conformarse, de amoldarse, que acaban en una grotesca caricatura de sí mismo, donde no hay lugar para el hombre porque lo que comparece es un triste homúnculo. Donde conformarse es deformarse.


Vuelve la palabra a mis labios. Conformarse. El regusto amargo del mediocre amoldamiento no impide su vuelta. Resuena de nuevo. Pero hete aquí que diversa. Con-formarse. Ajustarse. Constituirse.



Con-formarse. Palabra derivada de su primitiva “forma”, del griego μορφή (morphé). Uno de los principios constitutivos de todos los seres que cambian porque, siendo imperfectos, buscan su perfección propia, nos dice Aristóteles.


Principio de doble manifestación pues se revela o bien como lo accidental (forma accidental) o como esencia (forma sustancial).


Es este segundo sentido el que rememora nuestra palabra, con-formarse. Es de la naturaleza de lo humano el tener que ajustarse a su forma, a su esencia y, así, aspirar a constituirse en plenitud.


Mas ha de ser realizado en libertad. Libertad que supone conocimiento y asentimiento.


Conocimiento de quién soy y, sobre todo, de quién debo ser. (Conocimiento de mi forma, de mi esencia única, irrepetible e insustituible). Conocimiento que requiere atención a uno mismo y a esa voz interna que me guía, la voz del daimon, como lo llamaba Sócrates. Y que se ayuda de la búsqueda de modelos de vida auténtica, en profundidad, y de maestros de vida que han avanzado en el camino y que, sin suplantarme, me dan pistas.


Asentimiento, aceptación de lo conocido sobre mí. Porque nadie puede elegir, aquello que siendo conocido no es asumido.


De darse estas condiciones previas surgirá una elección continua y continuada que debe traducirse en actos. Actos que irán generando hábitos y hábitos que se traducirán en una disposición fundamental, la de la elección del Bien, de mi bien propio y, en consecuencia, del bien propio de cualquier otro.


Es este el continuo ejercicio de con-formación, lo que la buena filosofía siempre ha llamado ejercicio moral y que poco tiene que ver con el farisaico cumplimiento de la ley moral. 


Es verdad que con-formarse no es fácil. El avance, no es siempre ascendente. Me desoigo continuamente, sustituyo los modelos por los del amoldamiento y al maestro por el ciego, el escéptico, que tanto abunda en el camino de la vida. 


Y, ¿entonces? Debo elegir entre conformarme y con-formarme. Deformarme o formarme. Es en esos momentos donde o bien me levanto y vuelvo a empezar o bien me abandono. Es en esos momentos, donde mi daimon, clama, implora, llora llamándome a no perderme. A volver a empezar. A no cansarme nunca de estar empezando siempre.


Camino no fácil el de con-formarse. Camino de crecimiento que tantas veces duele y, las más, rebosa de gozo. Camino de esperanza porque todo el que apuesta espera y trabaja por con-formarse a sí mismo para dar lo mejor de sí al que le acompaña en el camino. Porque este camino solo es apto para el que descubre que no está solo y que solo tiene sentido con-formarse porque el que me ama merece lo mejor de mí.


Conformarse para perderse o con-formarse para ganarse. Esas dos son las únicas posibles opciones vitales. ¿Cuál es la mía? Esa es la pregunta que en esta tarde me hago y que os invito a haceros. ¿Conformarme o con-formarme?


Las palabras. ¡Qué importantes son las palabras! Las preguntas. ¡Qué importantes son las preguntas!





Entradas populares de este blog

TENGA USTED ÉXITO EN SU MUERTE (Fabrice Hadjadj)

DILIGE ET QUOD VIS FAC! (A mis alumnos de 1º de Bachillerato del IES José García Nieto. Curso 2016-2017)

"POLVO SERÉ, MAS POLVO ENAMORADO" (Palabras de despedida de la promoción 2009-2010. 20 de mayo de 2010)