¡HIPÓSTASIS!
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(Para mis alumnos de 2º de Bachillerato de la promoción 2018-2019 del IES José García Nieto.
Con inmenso cariño).

Hipóstasis palabra más
compleja ya que indica lo que permanece (stasis) por debajo (hipo). Tecnicismo que se
utilizó para intentar explicar la cristiana teología trinitaria que afirmaba
que Dios era uno (en su naturaleza) y tres (en sus hipóstasis). Palabra que
la filosofía medieval (Ricardo de San Víctor y Tomás de Aquino) transformaron
en la latina subsistentia (subsistencia) con el fin de explicar qué es
una persona humana.
Esa es la cuestión, nuestra gran cuestión. ¿Quiénes somos? ¿Quién soy? ¿Soy
prósopon o hipóstasis? ¿Soy máscara -prósopon- o un yo -hipóstasis-?
Dos palabras que designan dos actitudes vitales que en
esta tarde merece la pena considerar ya, que no os tenemos que hablar ni de
física, ni de química, ni de matemática y, mucho menos, de filosofía. Esta
tarde invita a hablar de vida, de la
nuestra, de la de cada uno, de la tuya y de la mía porque de la vida solo se
puede hablar en primera persona. Procedamos, pues.
La máscara -prósopon- se lleva. Y quien opta por portar su
máscara convierte su vida en mascarada. Esa ilusión en la que todo va bien para
quien ve la máscara- de cara afuera- pero yo, que no veo la máscara y solo percibo lo que
está más acá de mis narices, soy
consciente de que por muy bien que me disfrace no me estoy haciendo cargo de mi
vida porque toda máscara, al intentar suplantar la vida, manifiesta el olor de
lo falso, el mal olor, el hedor. Donde
todo se muestra happy no hay más que lo profundamente unhappy. Lo
bonito no es más que testimonio de un profundo hastío, el de sí mismo, y el de
un profundo odio, de nuevo el de sí mismo, que intenta recluirse en esas
actitudes que solo buscan la utiliidad, el dominio de las cosas y de las
personas, el placer donde la Vida ya no es tal y para justificarnos la
reducimos a mera vida biológica, hormonal, neuronal, instintiva... Una vida sin
yo, una vida vacía...
El yo -hipóstasis- se es. Quien opta por su yo descubre que
debe cuidarlo. Descubre que es responsable de su vida, que solo tiene una y que
tiene que hacerla crecer. Y descubre que solo puede hacerlo junto con otros
yoes. Porque el yo necesita de maestros, de padres, de amigos, de compañeros
que me ayuden a descubrir cuál debe ser mi proyecto único, irrepetible e
insustituible. Allí donde prime lo importante sobre lo útil, el uso de las
cosas sobre el voraz consumismo que solo busca poseer, el respeto al otro sobre el dominio y el gozo
sobre el vacuo placer.
Dos opciones, dos formas de vivir. Las únicas. Tener prósopon o ser hipóstasis.
Eso es lo que tú tienes que elegir y es
a lo que te llamamos esta tarde, a que elijas y a que vivas consecuentemente.
Pero para elegir bien, aprende griego.
¡Ay del griego! ¡Ojalá supiésemos griego!